Hogares:

¿cómo vivimos?

Desde el punto de vista del modelo burgués de habitar, el especialista brasileño en vivienda, Marcelo Tramontano, dice que “casa” y “calle” son dos términos opuestos. Mientras las calles son espacios colectivos y múltiples, los hogares son espacios exclusivos e íntimos, compartidos solo con quienes confiamos.
Foto: Sofia Cossari, Buenos Aires
Foto: Mário Álvarez, Santiago
Foto: Mário Álvarez, Santiago
Foto: Sofia Cossari, Buenos Aires
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Sobre la distribución
de los espacios

Así como existe el grid de la ciudad, las residencias cuentan con plantas arquitectónicas que orientan cómo se divide ese espacio. Según Tramontano, las similitudes entre las viviendas de las cuatro metrópolis de este estudio vienen mucho “desde el punto de vista histórico, porque América Latina recibió modelos de vivienda de otros lugares, especialmente de Europa”. Siendo así, las cuatro ciudades “recibieron exactamente el mismo modelo europeo”: un modelo tripartita.
Aunque con múltiples influencias y configuraciones, la división del modelo tripartita pasa, casi siempre, por tres características principales que Tramontano llama “instancia de recepción”, siendo la sala “una habitación que comanda las demás”; “instancia de rechazo”, los espacios reservados para los empleados, como las cocinas, y los “espacios de intimidad”, que son los dormitorios, un modelo “difundido durante la Belle Époque parisina” para albergar a la burguesía.
Cuando miramos las casas en São Paulo, Ciudad de México, Santiago y Buenos Aires, nos damos cuenta de que, a pesar de tener diferencias arquitectónicas particulares en las áreas externas, el interior es similar. Dentro de los hogares encontramos una tendencia de comportamiento que gira alrededor de tres arquetipos:

la casa expresiva, una manera de vivir afectiva y emocional;

la casa sociable , siempre abierta a los amigos;

la casa funcional, donde se destaca la practicidad.

Foto: Sabrina Guimarães, San Pablo
Foto: Mário Álvarez, Santiago
Foto: Sabrina Guimarães, San Pablo
Foto: Mário Álvarez, Santiago
Foto: Paulina Malvaez, Ciudad do México
Foto: Sofia Cossari, Buenos Aires
Foto: Sofia Cossari, Buenos Aires
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Cada una refleja la identidad de quienes la habitan; un territorio particular para ejercer voluntades y deseos. Parafraseando a nuestro aliado en Londres, Stu Etnicknap, de 8th Day: nuestros hogares no reflejan quiénes somos, sino quiénes queremos ser.

Sobre tipologías de hogares

En medio a esos tipos de viviendas y manifestaciones de personalidades, se hace presente la dualidad entre casa y departamento/ piso. Vivir en una casa despierta en las personas la sensación de poder disfrutar de los ambientes internos y externos además de la calidez del propio hogar. El departamento/ piso, en cambio, trae un tema de espacio más fuerte: muchos son diminutos y la falta de amplitud incomoda (algo mucho más percibido durante las restricciones de la pandemia).

Un tema importante para destacar es que la oferta influye directamente en la forma en que vivimos. Para Tramontano, “con seguridad, los porteños y santiaguinos viven mucho mejor que los paulistanos y quienes están en Ciudad de México, porque tienen una arquitectura que es estudiada para ellos, que es pensada y escucha a esas personas”. En cambio, en Brasil, según el especialista, el arreglo físico “apoya el financiamiento”, y muchos ––como una pareja que entrevistamos que vive en el barrio Tatuapé–– necesitan contratar a un arquitecto para adaptar los interiores. “Es un arreglo físico que permite la mejor relación costo-beneficio. Otra pregunta es lo que ellos necesitan, qué es necesario, porque nadie puede vivir en un departamento de 10 metros cuadrados. Eso es algo absurdo”, completa Tramontano.

Foto: Mário Álvarez, Santiago

Decoración como
expresión de identidad

Milene Correa Soares, especialista brasileña en viviendas, dice que “en el mundo de interiores, cada elección es un reflejo de un reconocimiento de la propia identidad”. Independientemente del formato, todas las viviendas acumulan historias y el diseño de los interiores juega un papel significativo en ese proceso.

En las imágenes de los hogares que fotografiamos en São Paulo, Buenos Aires, Ciudad de México, São Paulo y Santiago, vemos ambientes que aprovechan, de la mejor manera posible la incidencia de la luz, el metraje y la cualidad del silencio, todas cualidades importantes.

Foto: Mário Álvarez, Santiago

Foto: Sofia Cossari, Buenos Aires
Foto: Sabrina Guimarães, San Pablo
Foto: Sofia Cossari, Buenos Aires
Foto: Sabrina Guimarães, San Pablo
Foto: Mário Álvarez, Santiago
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También hay simbologías comunes en los hogares que visitamos. Elementos de decoración que expresan el involucramiento con el fútbol, religión, política y con la regionalidad son habituales. Imágenes de entidades de diversas religiones y banderas que representan el apoyo a ciertas luchas sociales, e incluso a candidatos políticos, se mezclan con íconos regionales.
También podemos encontrar mucho sobre cultura pop y viajes, e incluso un cierto orgullo nacional, visto en banderas de países y culturas de identidad puestas en paredes, ventanas y balcones, esos últimos son espacios limítrofes entre lo público y lo privado.
Entre las personas que subcontrataron el diseño interior de sus hogares, existe la posibilidad de creer que esos espacios no reflejan sus individualidades e historias particulares; porque decorar el ambiente se vuelve algo más pragmático cuando no cuenta con la mano de quien habita la vivienda.

Sobre el uso
de los espacios

Foto: Sabrina Guimarães, San Pablo

Milene Correa Soares

Especialista brasileira, Lares

La cocina es un ambiente importante y de constante circulación, ya sea para preparar y consumir comidas diarias o para recibir amigos. El balcón revela un espacio de ocio, un rinconcito de descompresión – algunos de esos balcones tienen suficiente espacio para meditar, escapar de la rutina o traer un poco de naturaleza hacia dentro del hogar. En los dormitorios y salas se cuida más el confort y la posible recepción de visitas. “En mi cotidiano me relaciono más con el dormitorio, obviamente con el baño, la oficina y la cocina. Ese gran espacio de estar lo reservamos para visitas o reuniones con amigos.”, nos dijo un vecino del barrio de Ñunõa en Santiago.

Otra cosa notable es cómo la pandemia transformó la dinámica interna con estructuras pensadas para el trabajo o adaptadas para esa necesidad. Aparecen mesas y sillas de oficina y espacios dedicados al teletrabajo. Para Eduardo Costa, especialista brasileño en ciudades, “la vivienda, el ocio y el trabajo, que es la tendencia en los barrios policéntricos, también van a ocurrir dentro de casa”. Los hogares no son lugares estáticos, viven al ritmo de la vida de sus habitantes, plantas y mascotas.

Paradojas del hogar

El hogar es un espacio íntimo y compartido, pero más allá de eso, también es un lugar de paradojas.

Maria Elisa Cevasco, especialista brasileña en cultura material, nos recuerda que “no necesitamos idealizar el hogar”. Más allá de las estructuras físicas, una casa está hecha de subjetividad, complejidad y diversidad de quienes la habitan. Marcelo Tramontano, especialista brasileño en viviendas, dice que “el espacio habitable es ese cruce de vidas individuales y es donde se reflejan y construyen todas las tensiones de la sociedad”.

Si bien los hogares se definen como lugares privados y exclusivos, las dinámicas sociales que están de la puerta hacia afuera también están allí dentro. Invariablemente, los barrios y los hogares se retroalimentan.

Foto: Sabrina Guimarães, San Pablo